Hoy voy a hablar de tipografía y en especial de una fuente tipográfica como es la Lobster. Diseñada en 2010 por un especialista argentino, Pablo Impallari, y puesta de manera gratuita y libre en la red es, probablemente, una de las fuentes más bellas que podemos encontrar. Tiene un aire muy retro o vintage pero a la vez puede usarse en multitud de proyectos actuales, sabiendo cómo hacerlo. Es un gran trabajo tipográfico con unas ligaduras muy trabajadas y hecha con mucho mimo.
El problema viene cuando se abusa de ella y se usa para algo para lo que no fue concebida. Es lo que le ocurrió a la Comic Sans desde que fue incluida por Microsoft en sus sistemas operativos y es lo que le ocurre ahora mismo a la Lobster. De unos meses para acá la veo constantemente en publicidad de todo tipo: marquesinas, vallas en carreteras, portadas de revistas o de libros, en concursos de carteles, logotipos corporativos... mucho en todo esto tiene que ver que Google la incluyese en Google Fonts y, desde entonces, su aplicación como fuente en webs se ha disparado siendo la fuente de moda y estando presente en la gran mayoría de recursos disponibles en la red.
Pero hay que tener en cuenta que Lobster no es una fuente diseñada para ser usada como texto de párrafo sin criterio alguno sólamente por el hecho de ser "simpática" (y gratis). Quién sabe si dentro de poco igual voy a Hacienda y me encuentro los carteles de los pasillos en Lobster en lugar de la habitual (y casi religiosa) Comic Sans. Será entonces cuando sabré que esta fuente no debe usarse nunca más.
Por favor, desde aquí os pido a todos que usemos la tipografía siempre con cabeza y con criterio. El abuso nunca puede ser bueno.
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